La vida es un don tan maravilloso que solo la tenemos prestada por un ratico. Por eso debemos vivir intensamente cada momento, haciendo lo justo, lo correcto y lo que agrada a Dios. Al final la muerte se encarga de despertarnos del letargo en que nos encontramos. Nuestro amigo Octavio Augusto Pabón, nos ha dejado grandes enseñanzas, grandes proyectos y una razón más para seguir viviendo. GRACIAS POR TODO.
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